El éxito del Modelo Económico Peruano. A cambio, el favorecimiento del Narcotráfico. Documento sobre Políticas Económicas Liberales y su Impacto en la Evolución del Tráfico Ilícito de Drogas.
CIDDH, Agosto 2010
1. Objetivo.
El objetivo de este trabajo es el de analizar los diversos impactos de esta particular política económica –a partir de la revisión de sus principales ingredientes-, en un asunto específico: el desenvolvimiento de los cultivos de coca en los distritos de la Selva Alta, la cantidad de drogas natural y sintéticas producidas y comercializadas en el país y fuera de él, así como la formas y manifestaciones de las principales organizaciones criminales que han aparecido (nacionales e internacionales) dedicadas al tráfico de cocaína.
¿Por qué el Perú conserva el segundo lugar en la cantidad de droga producida? ¿Por qué es más barato o eficiente realizar actividades de narcotráfico en el Perú? ¿Cómo el Perú resiste la crisis económica global del 2008, más allá de la demanda de recursos por China? Son preguntas que se explican a partir de la lectura de este trabajo.
A pesar que la mayoría de los cultivos ilícitos de coca, industria procesadora y las formas organizadas de transporte y distribución de drogas en EE.UU. se siguen hallando territorios de Colombia y México, respectivamente, el Perú conserva ciertas capacidades y cualidades en este negocio que van más allá, de la calidad del tipo de coca que se produce. No se trata solamente del denominado “efecto globo” provocado por las tareas de fumigación y del éxito del denominado “Plan Colombia”[1] aplicado desde el 2000, o del denominado “modelo San Martín” en la sustitución de cultivos ilícitos en el Perú. Hay otras causas consustanciales al modelo de libre mercado, que han favorecido esta situación. En otras palabras, la forma como el ciclo organizado alrededor de la producción, tráfico y consumo ilícitos de cocaína, ha aprovechado enormemente las facilidades, los mecanismos y procedimientos, así como los compromisos que sustentan la actual economía de mercado en el Perú.
Curiosamente, las agendas comerciales y de seguridad entre los EE.UU y los países andinos, no convergen y frecuentemente, se obstruyen de forma recíproca. Por ejemplo, en el año 2000, EE.UU promovió el “Plan Colombia” en el plano de la seguridad basados en la guerra frontal contra el narcotráfico y el terrorismo de las FARC a partir de la inversión de hasta US$ 7,000 millones y hasta hoy, no ha suscrito el TLC con ese país con el que supuestamente, debería de reducir la influencia del narcotráfico en ese país.
Por otro lado, EE.UU suscribe el TLC con Perú el 12 de abril del 2006, el mismo que entró en vigor el 1 de febrero del 2009, con el objetivo de eliminar los obstáculos comerciales entre ambos países, consolidar el acceso a bienes y servicios, y aumentar la inversión privada. Sin embargo, el paquete comercial no ofrecía una propuesta integral sobre las causas estructurales de la producción y tráfico de drogas: la pobreza rural y la exclusión urbana. Siendo EE.UU el mayor consumidor mundial de cocaína y en circunstancias que el ciclo de la coca/cocaína vuelve al país con fuerza, éste debía ser un factor fundamental en el proceso de negociación. Más bien, los mecanismos comerciales intermedios, ATPA (1993) y ATPDEA (hasta el 2006), circunscribieron los beneficios comerciales al logro de metas en materia de erradicación e incautación de cultivos y drogas, respectivamente.
2. El Estado Peruano, el Modelo y el Narcotráfico.
Las relaciones entre el narcotráfico y el Estado peruano, son relativamente antiguas. Se incubaron a partir del retorno a la democracia en 1980, con la historia del dueño de un diario, Carlos Landberg[2], quien en septiembre de 1980, fue detenido por delito de narcotráfico con Pedro Idiáquez, entonces secretario personal de Haya de la Torre, máximo líder del APRA. Landberg fue vinculado a la adquisición de Villa Mercedes, residencia del líder histórico. En 1984, fue sentenciado a 14 años de prisión, pero logró salir antes con ayuda de Remigio Morales Bermúdez, hijo del ex presidente, aprista, posterior Ministro de Agricultura del Presidente García Pérez y actualmente, asesor del candidato y ex Premier de Alan García, Yehude Simon. En este período de tiempo, el Partido aprista ha tenido varios casos de relaciones peligrosas con personas vinculadas con el narcotráfico[3]. Otro caso sonado en la época acción populista (1980-1985), fue el del diputado aprista Miguel Angel Del Pomar (1988). Durante el período de vigencia del “fujimorismo” (1990-2000), Vladimiro Montesinos su principal asesor de inteligencia, tuvo creadas las redes criminales[4] que podían seguir traficando en la extracción de cocaína del Perú; simultáneamente, tenía buenas relaciones con la NAS/ DEA norteamericanas
Luego está el caso de Oscar Fernando Cuevas Cepeda, que formó un poderoso conglomerado asociado al Cartel de Cali. La foto de éste con el presidente peruano Alan García, fue tomada entre 1992 y 1995, cuando García estuvo exiliado en Colombia. Cuevas financió la revista Latino América Internacional, en la que García escribió varias veces. El más reciente caso de relaciones entre política y narcotráfico, se refiere a la asesoría profesional que prestó la ahora candidata a la Alcaldía de Lima, Lourdes Flores, a un empresario automotriz, Carlos Cataño[5], investigado por delitos de narcotráfico y lavado de activos. En nuestros días, mientras que una porción importante de la atención política y mediática está dirigida a los actos de corrupción puntual que han aparecido durante el segundo gobierno de Alan García (petro audios, COFOPRI, adquisiciones policiales y militares, inmuebles de Jorge Del Castillo), no se ha puesto debida atención a las implicancias de la implementación del modelo neo liberal, en el favorecimiento del delito de TID. La situación se agrava en un aparato estatal débil, ausente y/o vulnerable, que el modelo debilitó aún más.
El 8 de agosto de 1990, el entonces Ministro de Economía Hurtado Miller anunció la política de “shock”, en fiel cumplimiento del ajuste estructural sugerido desde los organismos financieros como el FMI y el Banco Mundial y como parte integral del denominado Consenso de Washington[6]. El gobierno fijó medidas basadas en políticas fiscales, monetarias y comerciales destinadas a lograr la estabilidad macro económica del país.
Estas medidas, permitieron controlar la inflación desbocada en el segundo lustro de la década de los 90, durante el primer gobierno de García. Así, en el período 2002/2008 se ha mantenido con un promedio de 2.4%. Durante su gobierno, Fujimori adoptó una política envidiable de estabilidad, apertura, protección a las inversiones[7], adecuadamente protegido por el marco constitucional de 1993 y la subsiguiente arquitectura jurídico/legal para otorgar estabilidad en materia tributaria, comercial, financiera y en general, de inversión. Es lo que ha dado en denominarse, como la implementación más aplicada del modelo económico neoliberal en la región. Este modelo económico extractivo mercantil, primario exportador, dio pie a una meseta de estabilidad y bonanza económicas en el país, acrecentado por el auge de los buenos precios internacionales de minerales y el aumento de las exportaciones de minerales[8] producida por la demanda internacional de China y los países del BRIC (entre ellos Rusia, India).
Durante la transición democrática de Valentín Paniagua, el período de Alejandro Toledo, y luego la segunda administración de Alan García, el Perú ha tenido la virtud de mantener “en piloto automático” las principales tendencias de las políticas económicas, obteniéndose indicadores de crecimiento económico sostenido (en el año 2002, 4.9%; en el año 2003, 4.0%; en el año 2007, 9%; y, en el año 2008, 10%)[9], es decir un promedio de 6.9% anual. En el mismo período, se produjo el aumento de la inversión privada extranjera y nacional (incluyendo el 2010)[10], el incremento de las reservas internacionales (31,196 US$ millones), la obtención del grado de inversión y la consiguiente reducción de riesgo país[11], en beneficio de importantes empresas extranjeras: Telefónica, Telmex, Ambev, Sab Millar, Yanacocha, Antamina, Repsol YPF, Endesa, Saga Falabella, Ripley, además de conocidos grupos nacionales, como los Brescia, Romero, Benavides, Wong, Añaños y Rodríguez Pastor, entre los más importantes.
En términos de producción, el período 2002/2008, el Perú aumentó su PBI en promedio anual de 6.8%, incluso pese a que en el período 2009/2010 fue solo de 2.9% (efecto crisis económica)[12]. Algo similar ocurre con el PBI per cápita, sin embargo no sucede así con la remuneración media de los peruanos (as). Esta situación ha sido bien vista por distintos think tanks, autoridades, funcionarios (Banco Mundial, FMI, CEPAL) extranjeros y nacionales (CENTRUM, PROINVERSION, CONFIEP). El problema es que debajo de la superficie de esta bonanza económica, aparecieron, se escondieron, y se beneficiaron, diversas actividades sucias relacionadas a los segmentos más monetizados del crimen asociado al tráfico de drogas. Es precisamente a partir del año 2000, que se reactiva en el Perú la producción intensiva de coca, la producción con altos rendimientos de cocaína.
[1] CEPES, ALOP, “Plan Colombia, ¿Seguridad Nacional o Amenaza Regional?”, mayo 2002; IEPRI, “El Plan Colombia y la Internacionalización del Conflicto”, 2001; ESTRADA ALVAREZ Jairo (Ed), “Plan Colombia. Ensayos Críticos”, Universidad Nacional de Colombia, 2001
[2] GORRITI Gustavo, “La Calavera en Negro, el traficante que quiso gobernar un país”, Planeta 2006.
[3] José Abanto Verástegui, asesor Luis Alva Castro, (abogado de hermanos Sánchez Paredes, Freddy Zubieta, candidato aprista alcaldía de San Borja (abogado de Polaco, Vaticano), Francisco Peixoto, vinculado a ex Ministra de Justicia María Zavala (Mosca Loca), abogado Moisés Tambini del Valle abogado de traficantes (jefe de Procuradores)
[4] Para mayores detalles, ver Iniciativa Nacional Anticorrupción, Ministerio de Justicia del Perú, 2001, http://palestra.pucp.edu.pe/pal_est/documentos/parte2.pdf
[5] Su verdadero nombre es Adolfo Carhuallaqui Porras.
[6] Trabajos de Eric Toussaint, “Banco Mundial. El Golpe de Estado Permanente”, Editorial Viejo Topo, 2007, “Al hablar del Consenso de Washington lo hago de las políticas aplicadas de manera generalizada desde los años 1989 y 1990, cuando nació ese concepto. ¿Qué quiero decir con ese subtítulo? Pues subrayar que la parte escondida de esas políticas contempla una visión de alcance planetario para reconquistar todas las economías, inscribiéndolas en el sistema capitalista, y establece una coherencia en el tipo de recetas que se imponen con tal propósito. Yo explico en mi libro, por ejemplo, que el tipo de política aplicada dentro del marco del ajuste estructural impuesto por el Banco Mundial y el FMI ya había nacido en los años sesenta, pero con el Consenso de Washington lo prioritario en las medidas de reforma son las privatizaciones, y en los años noventa y hasta el 2000 se produce una gran ola de reconquista por parte de las grandes transnacionales, que adquieren el control de los recursos naturales de los llamados países en desarrollo, y también el de sus ejes estratégicos tanto a nivel industrial como a nivel de servicios”
[7] Puesto 63 en el mundo en ambiente para negocios, 8vo en América Latina, Doing Business 2009. 200,000 millones de soles de inversión privada y 65,000 millones de inversión pública.
[8] Mientras el año 2000, las exportaciones tradicionales ocupaban el 69% del total y las no tradicionales el 29%, el 2009, las exportaciones tradicionales constituyeron el 76.71% y las no tradicionales el 22.91% (Redge, 18 de Junio)
[9] QUIJANDRIA SALMON Ministro de Economía, “La Economía Peruana Evolución Reciente y Perspectivas”, Enero 2004.
[10] http://www.peruviantimes.com/amcham-sees-u-s-investments-totaling-40-billion-during-next-5-years/186566 representante de Cámara de Comercio Americana dice que inversiones de EE.UU en el Perú totalizaron US$ 3,000 millones en el 2009, y la inversión privada, creció en 11.3% en primer cuarto del 2010.
[11] Standard y Poor´s
[12] CARRANZA UGARTE Luis, Ministro de Economía, “Situación y Perspectivas de la Economía Peruana”, Septiembre 2009
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