martes, 24 de abril de 2018

El Estado es la prinmcipal caracteristica para la reconversion del Narcotrafio.

“ESA HOJA VERDE Y DIVINA LA COCA ES"* Fernando Calderón G. ... el tema de la coca, el de la cocaína en especial, nos va a dar trabajo a los sociólogos por un largo tiempo. Es realmente un espacio de trabajo tan complejo y tan rico en su complejidad y sabemos tan poco de cómo funciona, que es un verdadero reto entender su dinámica. No hay muchos estudios. Hay más bien estudios muy puntuales, muchos artículos periodísticos, y algunos datos de información estadística poco confiable; dado este panorama lo que quisiera es entregar algunas ideas, puesto que no hay mayores avances en investigación. Es decir, quisiera entender desde varias perspectivas qué es este hecho de la cocaína o este hecho del narcotráfico. Fíjense qué tema tan paradójico y diverso es, pues puede ser considerado como un elemento de afirmación de identidad, sobre todo entre el campesino productor, o lo que es la lógica de la cultura andina, o afuera. Esa es la leyenda de la coca que tiene varios siglos. La identidad con la coca y sus símbolos no es pues un arraigo del pasado, se recrea constantemente. Recientemente, en La Paz, un grupo musical que desgraciadamente desapareció (se llamaba WARA, que quiere decir estrella) intercalaba música andina con música electrónica, combinando guitarras eléctricas con zamponas y tocaba en los amaneceres en el Altiplano o tocaba los días de solsticio en La Puerta del Sol. Cantaban un poema a la coca que dice: "Esa hoja verde y divina la coca es, santa y clara lucidez, que en principio la vida te enseña a llevar a tu esencia has de llegar, hoja por hoja. Con nuestras garras has de subir en paz y ciencia tienes que aprender, humildemente todo has de ser. Esa hoja verde y divina la coca es, a tu esencia te va a llevar, hoja por hoja, santa y clara lucidez". Fíjense lo que significa como elemento de reafirmación de una identidad cultural. Pero por otro lado, sabemos que el consumo de la cocaína propiamente tal, puede inclusive, por la dependencia sicológica, producir la desintegración de la estructura de la personalidad. Y se ha probado que, si bien no las provoca, acentúa las tendencias "esquizofrénicas" tan relacionadas con la pérdida social de temporalidad cultural moderna y con la vivencia cotidiana de un presente continuo pos-moderno. Entonces, observamos estos dos mundos tan distintos a través de un solo fenómeno, uno ligado a una planta natural y el otro a una planta química... Entonces el tema es qué hay entre un acto y otro acto. Y de eso es de lo que yo quiero hablar ahora. Este hecho puede ser captado desde tres perspectivas relacionadas: 1) como un hecho multisincrético; 2) como un hecho intersticial; y 3) como un hecho internacionalizado. Y sobre estas tres aproximaciones quiero hablar, sobre todo para referirme al último punto, que es importante en esta coyuntura internacional. Cuando digo que es un hecho multisincrético, estoy diciendo que en el hecho en sí de la producción de la coca y la elaboración de la cocaína, hay una cadena de relaciones económicas y culturales muy grande que incluye desde el campesino colonizado productor de coca, el consumidor consuetudinario, el comerciante de la hoja de coca, el que transforma la hoja de coca, el que genera el traslado de la hoja de coca hasta los mecanismos oligopólicos y de distribución y el consumo de cocaína. La coca une una red de relaciones sociales muy imitantes, en un extremo, y en el otro, un mecanismo oligopólico de comercialización de alto rendimiento, como cualquier otro producto del mercado internacional. Por eso es sincrético. Podríamos decir — casi parafraseando palabras— que es un hecho (si uno lo ve no desde la economía sino desde la filosofía), que integra la premodernidad con la pos- modernidad; el campesino 128 vinculado a la tierra y a un tipo de producción y a un gerente norteamericano, Workhovic, vinculado a una transnacional. Se puede desglosar mucho más este acto sincrético de cómo la cocaína integra en sí estos elementos desde el punto de vista cultural, económico o político. Yo no quiero detenerme mucho en esto. El otro elemento que yo mencionaba es que era un hecho intersticial. Esto quiere decir que se coloca en lugares y en espacios fundamentales que vinculan procesos políticos y socioeconómicos entre sí. Voy a dar siete ejemplos en relación a esto, más que definir conceptos. Uno es en relación al perfil del consumidor. El perfil del consumidor es común sobre todo en los países desarrollados y especialmente en También se inserta la cocaína, creo yo, entre los procesos de acumulación de capital y crisis que existen sobre todo en América Latina. Cuando hay una crisis del modelo de acumulación o del modelo de desarrollo económico por vía de la transformación o del ajuste estructural, un elemento netamente compensatorio e impulsor, son los ingresos que provienen por la exportación o por la intermediación de cocaína. Entonces, palia o regula o se inserta dentro de los procesos, la crisis de los procesos de acumulación (*). Otro elemento intersticial importante, ya mirado en las "sociedades periféricas", directamente relacionado con las estructuras de las relaciones sociales, consistiría en que el núcleo de relaciones que tiene el campesino está dado por la relación que tiene con el Estado y la relación que tiene con el mercado. Y esa relación está estructurada por comerciantes —medianos, pequeños y ahora grandes—. Entre el productor y el comerciante se ha superpuesto un procedimiento de comercialización de la coca, produciendo tanto en el campesino como en el comerciante un proceso de diferenciación. Pero también tiene puntos intersticiales a otro nivel. Por ejemplo en el ámbito político, el hecho se coloca entre el sistema político y el poder judicial, mediante sistemas de corrupción y de control del poder judicial. Otro ejemplo político: se coloca entre las fuerzas armadas y las guerrillas, o la policía, las fuerzas armadas y las guerrillas. Vamos a contar más adelante algunos ejemplos, sobre todo los casos peruano y colombiano. Se coloca también dentro de la política de represión de los Estados de los países Centrales, que es una política sobre todo de efecto, y también en los procesos de la acumulación de capital multinacional. Si yo pudiera hacerle una pregunta al Presidente Bush, quisiera preguntarle qué pasa con los aproximadamente cuarenta y cinco mil millones de dólares que se quedan en Estados Unidos al año por la venta de cocaína. ¿Cómo se blanquean, a dónde van?, que me cuente qué pasó con eso, y qué consecuencias trae para la economía norteamericana. Para terminar con estos ejemplos de lugares intersticiales, la coca se coloca entre la ética protestante y el mercado. La ética protestante demanda un incremento de la productividad, un éxito económico, pero al mismo tiempo esto tuvo que ver con la corrupción de la especulación. Y este éxito económico hoy día está viabilizado para muchos por la cocaína. Estos aspectos, a mi juicio, deben ser analizados y desarrollados aún más. Ahora bien, recién podemos entrar al tema de la internacionalización de la política. * Véase Castell Manuel y Roberto Laserna, "La nueva dependencia. Cambio tecnológico y reestructuración socio-económica en Latinoamérica". En David y Goliath N° 55, julio 1989, Buenos Aires. 130 De alguna manera los mayores niveles o los mayores índices de producción de cocaína guardan relación — habría que probar cómo es esa relación, que aparentemente es muy alta— entre el proceso de crisis y depresión de las economías latinoamericanas y el boom de la cocaína. Y además quizás esto se da en un contexto de democratización como el que vive la región. O sea, en la década del 80 la productividad de cocaína aumenta brutalmente en el mercado internacional, lo mismo que el consumo. El año 82 es el momento en que se declaró oficialmente la crisis de la economía latinoamericana y paralelamente la década del 80 marca un proceso de democratización en la región. Ese es el marco en el cual se tiene que entender esta experiencia de la cocaína, pero también como parte de un proceso de internacionalización de la política. Y yo creo que tiene que ver fundamentalmente con la política norteamericana. La internacionalización de la política es parte de la definición de lo que llamamos los actores fundamentales del escenario internacional, esto es el Fondo, el gobierno norteamericano y otras agencias y bancos en la definición de la relación entre ajuste y democratización. Uno podría decir que esta política ha tenido cuatro frentes, que no tienen la misma racionalidad ni la misma consistencia. La primera fuente, la más racional y la más consistente de estos actores fundamentales, M la hegemonía militar y la racionalidad militar. Hay una estrategia de seguridad a nivel mundial de Estados Unidos que según muchos análisis y estudios muestra cómo es la racionalidad más coherente y organizadora del resto de las racionalidades políticas y económicas. 0 sea, las estrategias militares de seguridad a nivel mundial y en este caso latinoamericano constituyen el elemento ordenador del imperio en sus relaciones con América Latina y el resto del mundo. Por otra parte, la estrategia de democratización política es muy inconsistente y está subordinada a la primera. Hay un trabajo muy interesante de Lawrence Whitehead sobre la consistencia de las políticas de actores internacionales, Estados Unidos y Europa principalmente, y sobre la democracia en América Latina (*). En general en USA se tiene más bien una visión muy instrumental de la democracia que está subordinada a la política de seguridad militar. El autor muestra la inconsistencia de distintas situaciones y actores, donde un factor fundamental es cómo incide sobre la sociedad civil y la sociedad política norteamericana esa política de democratización. Una tercera política norteamericana, ya directamente ligada con el narcotráfico, es la represión policial y jurídica hacia el narcotráfico, que actúa tanto interna como externamente, y que a mi juicio actúa más sobre los efectos de la cocaína, que sobre las causas. Aquí el elemento fundamental es la coacción. Finalmente están las políticas económicas ligadas con el proceso de reestructuración, sobre todo * O'Donnell Guillermo et al. Transiciones desde un gobierno autoritario. Tomo I: Europa meridional. Tomo D: América Latina. Tomo ID: Perspectivas comparadas. Tomo IV: Conclusiones tentativas sobre las democracias inciertas. Biblioteca ESTADO Y SOCIEDAD, PAIDOS, Buenos Aires, 1989. 131 para los países productores de coca, de la economía internacional. O sea, yo no podría entender el problema de la expansión de la producción de coca en Bolivia si no es en relación al "crack" del estaño. En este hecho de la internacionalización uno puede diferenciar situaciones según el tejido socio-cultural, la estabilidad política y la racionalización de la reconversión económica. Es decir, esos tres factores me permitirían clasificar o tipificar las diferentes situaciones con relación al proceso de internacionalización derivado de la producción y el consumo de cocaína. En esa lógica, por lo menos tentativamente, podríamos tipificar cuatro situaciones. La peruana, la colombiana, la boliviana y la norteamericana. Hay una situación, la del Perú en la coyuntura, donde se superponen una crisis de la gobernabilidad del Estado (incapacidad sobre todo del ejecutivo de organizar las propias reglas del juego político al interior del Estado, fundamentalmente con el legislativo y el poder judicial), un sistema político subordinado y escasamente representativo, un fraccionamiento y una crisis de los actores sociales fundamentales de la sociedad peruana, fundamentalmente el movimiento obrero y el movimiento campesino, un desarrollo de anti-movimientos sociales ligados a la fragmentación, como es el caso de Sendero Luminoso. En este dinamismo la cocaína actúa como un acelerador de la descomposición social. La política en este marasmo tiende a ser definida como de enfrentamiento y de destrucción. Entonces se producen una serie de yuxtaposiciones; parece ser que en el norte del Perú la relación entre los procesos de exclusión social, la emergencia de la guerrilla y Sendero Luminoso han hecho una alianza entre excluidos, narcotraficantes y guerrilleros. Ahora, no todo Sendero Luminoso es así; eso solamente ocurre en el norte del Perú. En otras partes Sendero Luminoso actúa sólo como un grupo terrorista, en otras partes actúa como movimiento campesino, sobre todo en Puno, ligado a tomas de tierras y a movimientos de masas. Entonces, tampco hay que identificar absolutamente a Sendero con el narcotráfico. Pero, de todas maneras lo fundamental es que actuaría como acelerador de la descomposición social. El caso colombiano es muy distinto. En el caso colombiano se asienta, por así decirlo, un proceso de acumulación salvaje, una estabilidad económica de largo plazo, y una exclusión socio-poli tica intensa. En Colombia, las tasas de crecimiento económico en los diez últimos años son altas, pues han oscilado entre 6 y 10%; la economía colombiana es una de las economías de mayor potencialidad de inserción en la economía mundial, lo que es clave en la determinación de las posibilidades de los países de América Latina en el mercado mundial. No solamente por su exportación de productos, petróleo, café, diamantes y cocaína, sino también por su cierto grado de desarrollo industrial y de reconversión industrial que se ha plasmado relativamente. Y esto expresado regional y urbanamente, se combina con un proceso de exclusión socio-política muy intenso. Es como una acumulación salvaje yuxtapuesta con una exclusión 132 socio-política muy intensa. Colombia es un país que probablemente sobresale en América Latina o por lo menos en Sudamérica, por sus escasas reformas sociales, además por una tradición de violencia muy alta, y de un proceso gatopardista de transformación de sus élites muy consistente —que produce una alta conflictualidad sin canales reales de institucionalidad representativa— lo que redunda en un proceso de deslegitimidad o ilegitimidad del régimen democrático creciente. Probablemente el tema de la soberanía nacional vinculado al poder judicial, es el tema de coyuntura vital en el caso de Colombia. En este sentido, el narcotráfico actúa como multiplicador de los procesos de acumulación, pero también como multiplicador de conflictos sociopolíticos de exclusión. A mí me da la impresión que de hecho se producen una serie de fenómenos, sobre todo si uno sigue la prensa ahora en el caso de Colombia, que cruzan temas de soberanía nacional hacia afuera con temas de gobernabilidad política interna. El conflicto entre el ejecutivo y el poder judicial es muy intenso. El ejecutivo, por compromiso con Estados Unidos, decidió extraditar a narcotraficantes; sin embargo, parte del poder legislativo (el candidato del partido liberal a la presidencia de la República, y parte de los jueces y los partidos) se oponen a esta extradición porque dicen que va contra la soberanía nacional, y esto probablemente es así. Pero eso deslegitima externamente al régimen de una manera brutal. Y de hecho genera un plano de intereses compartidos entre los grupos sociales y políticos involucrados. No se sabe si esto se va a resolver por la negociación o se va a resolver por un aceleramiento de la guerra y el terror. Las guerrillas, otro actor clave en la política colombiana, parecen llamar a una negociación. En todo caso en esta situación tenemos un fenómeno donde se pretende combinar represión, enfrentamientoy negociación; en el escenario del i narcotráfico están las tres figuras. Y cuando digo represión digo combinación, porque todo el sistema político hoy día está tan destruido, todas las relaciones de orden tan descompuestas en Colombia que los mecanismos de coacción los dan grupos privados. El monopolio de la violencia ya no es exclusivo del Estado, sino que se expresa en una cantidad inconmensurable de grupos paramilitares, y casi a nivel individual. Cuentan anécdotas que en I Cali y Medellín, acerca de un "mercado de pistoleros" uno sabe que puede comprar la vida de uno o de otro en determinados lugares de I la ciudad simplemente con determinado monto de dinero. Entonces hay una generalización de una destrucción societal del orden total. Hasta dónde va a estirarse la razón de Estado para regular, negociar o no esta situación, no se sabe, pero todo esto está íntimamente interrelacionado, y su solución también tendrá que ser compleja e internacional. Para recapitular, en el caso de Perú entonces la cocaína actuaría como acelerador del proceso de descomposición social. En el caso de Colombia, como multiplicador de conflictos y de acumulación. En el caso de Bolivia, el hecho del narcotráfico tuvo situaciones diferentes en el gobierno de la UDP (el año 83/85) actuó antes como desestabilizador económico, fue factor fundamental de la 133 hiperinflación, ya que Bolivia tenia una tasa de inflación anual de 23.000%, (fundamentalmente dada por la entrada de dólares y la regulación de esos dólares en la economía interna), pero hoy día la situación no es así, hoy día actúa y es funcional al ajuste racionalizador y fue relativamente funcional a la estabilidad política y económica. Entonces actuó como mecanismo de compensación económica pero también como mecanismo que merma el orden, además de ser factor de desintegración de valores ético-políticos de soberanía nacional. La relación política internacionalizada se da entre negociación y represión. No hay, por el momento, enfrentamiento, como en el caso de Colombia o en el caso de Perú. En Estados Unidos, la cocaína funciona como acelerador de mecanismos de acumulación de capital y como cuestionador de valores éticos centrales. Su funcionamiento produce por parte del Estado represión explícita y negociación implícita. Es el mercado donde se realizan las ganancias, y es además el lugar donde se plasman las situaciones 1, 2 y 3 que les mencioné, entre otras. Entonces, es el espacio donde se plasma la realización de la ganancia y donde se plasma políticamente el narcotráfico. ¿Cómo funcionan los procesos oligopólicos? ¿Cuáles son los sistemas de estructuración de la distribución de la cocaína? ¿Cuánto empleo genera? ¿Cómo es ese empleo? Se supone que alrededor de 300.000 personas tienen trabajo temporal en este país por la venta de cocaína. Se supone que hay 45.000.000 de jóvenes en este país que prueban una vez al año la cocaína. ¿Cuáles son los límites de esto? ¿Cómo se va a resolver esto económica y políticamente? Estados Unidos tuvo una política tradicional respecto a la droga, relativamente consistente, durante los últimos 10/15 años. Antes catalogaba a la droga y los peligros de la droga como un producto del sistema de oferta que venía de otros países. Hoy día la administración Bush ha aceptado por primera vez, y seguramente por presiones internas, que esto tiene que ver con la estructura de demanda y un sistema de intereses internos. La respuesta a la doble relación, parece seguir siendo la represión, sea una represión educativa, o una represión policial. No existe una visión en términos de relaciones sociales, de producción, de crisis de la familia, de roles de socialización, de producción de valores, etc. Para cerrar esta introducción a la discusión, se pueden formular tres conclusiones: En primer lugar, que la producción y el consumo de coca y de cocaina es funcional a los procesos de reestructuración de la economía mundial y de concentración de capital. Segundo, que éste es un producto sistémico que a la larga tiende a negar el funcionamiento del sistema y que produce autodestrucción societal, lo que quiere decir una producción de relaciones sociales sin sentido, sin valores. Y finalmente, la característica es que las políticas represivas centradas en los efectos del narcotráfico reproducen el sistema.

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