lunes, 24 de junio de 2013

Como alimentarse como Buda.

Comer como Dios, o como Buda, no depende sólo de lo que pones en tu mesa. La buena comida no es sólo lo que preparas en tu cocina y tiene más que ver con la percepción de tu mente que con los productos que digieres en sí. Ya lo dijo el Buda, "todo es una percepción de la mente", el sueño soñado de Calderón.

En este artículo vamos a tratar precisamente de esto, de la actitud ante la comida, en este caso de los preceptos budistas aplicados a la alimentación. Y es que ya se sabe que el budismo es un cajón de sastre equipado de herramientas de múltiples usos. No sería válido si no fuera así.
En el caso de la alimentación, una correcta aplicación de las cuatro nobles verdades y el óctuple sendero (los cimientos sobre los que se alza la práctica budista en su totalidad) puede ser de utilidad para todas las alteraciones relativas al tema, desde el exceso de peso, la bulimia, deficiencias nutritivas, etc. etc.


I. La importancia del "camino medio".

El camino medio que propone el budismo nos señala el equilibrio entre el exceso (la publicidad, los alimentos que nos venden por sus regalos, los supermenús, los superplatos de carnes y pescados, las comidas hiperproteínicas e hipercalóricas, comer en el cine, comer frente al televisor, quedar para comer, comer, comer...) y las privaciones de los ayunos y las dietas light (incluido el alto consumo en programas para perder peso, libros, cintas y tratamientos).
- Es importante escuchar al cuerpo y ser consciente de cuándo tienes hambre, qué nutrientes necesitas en cada momento y en qué medida. Lo ideal sería no comer sólo porque el reloj lo dice o lo dictan las circunstancias. Sin embargo, si ha de ser así, si sólo tienes un rato para comer, aunque no tengas hambre, y luego no habrá manera, elige algo frugal, con mucha agua y fibra, como frutas y verduras. Por el contrario, cuando el estómago te pide tomar algo entre comidas (cuando no hay tiempo disponible), o necesitas energía, recurre a los panes, cereales integrales y frutos secos como tentempié. Te darán la energía que necesitas y acallarán los ácidos sin producirte una mayor acidez y sensación (engañosa) de hambre -que producirían las frutas, por ejemplo.
 
  • No te saltes las comidas, no pases hambre pensando en adelgazar porque producirías el efecto contrario. La ansiedad y el hambre reprimida te hará comer más de lo que necesitas cuando te sientes a la mesa, con los consiguientes empachos posteriores, exceso de peso y acumulación innecesaria de toxinas. 
  • Come despacio, saboreando lo que ingieres, y descansa cuando consideres que ya has saciado tu hambre. Recuerda que tu cerebro tarda unos 20 minutos en detectar esa saciedad, y cometerías un error pasándote todo ese tiempo engullendo lo que ya no necesitas. 
  • No te trates como un cubo de basura, acabando los platos para no tirar o consumiendo los productos de la nevera antes de que se estropeen (eso va por nosotras, mamás). Aquel viejo eslogan de que lo que no mata engorda estaba equivocado: lo que no mata de golpe, puede matar despacio. Si no vives en medio de una guerra o en un país devastado y pobre, no necesitas acumular reservas. Y todo lo que no necesita tu cuerpo aquí y ahora puede volverse contra ti. 
  • No te pases ni le escatimes a tu cuerpo los nutrientes que necesita. Respétate: elige el camino del medio.

II. Las cuatro nobles verdades.

1. El sufrimiento existe.

La comida como sufrimiento: enfermedades causadas por la mala alimentación; afecciones por exceso (sobrealimentación) o por defecto (deficiencias nutritivas); el sentimiento de culpabilidad tras una comida equivocada, impotencia ante las tentaciones... Es importante saber dilucidar cuánto de este sufrimiento es inevitable y cuánto depende de ti.
Tal vez puedas hacer poco contra las toxinas, productos químicos y modificaciones genéticas que lleva a cabo la industria de la alimentación, pero siempre estará en tu mano elegir los productos menos nocivos, los más naturales, locales y de temporada. Evitarás muchas molestias, enfermedades y sufrimiento en general.
El sufrimiento existe en el mero hecho de la elección en sí; la toma de decisiones siempre implica un estrés. Pero informarnos bien y hacerse el firme propósito de descartar de nuestra rutina alimentaria los productos más nocivos, nos ayudará a vivir mejor y esdtablecer pautas de conducta que nos evitará tener que plantearnos continuamente un buen número de decisiones.

2. El apego al deseo como causa de sufrimiento.

Definir los apegos o deseos culinarios que causan sufrimiento. Definir la ansiedad o espíritu hambriento (nunca es suficiente, por lo que no hay placer sino más sufrimiento). Tú y tu deseo no sois lo mismo. Los deseos pueden desaparecer tan pronto como llegan.
Define y haz una lista de tus mayores tentaciones: los dulces, el café, el alcohol, los embutidos o snacks salados, el chocolate, los helados... Quizás puedas descubrir por qué sientes esa atracción tan fuerte hacia un producto en particular; asociación con situaciones, por ejemplo, o bien la necesidad de tu organismo por más azúcar, energía, proteínas o lo que sea.
Tus deseos, el espíritu hambriento que nunca se sacia, y tú no sois lo mismo. Si es una compañía que no te aporta nada bueno, puedes apartarla de tu vida con las adecuadas estrategias.

3. El sufrimiento cesa al liberarte del deseo.

Observa los hábitos y deseos que te resistes a abandonar; la consecuencias que produce en ti, ¿son beneficiosas? ¿te hacen feliz?; observa con atención tu relación con el apego (qué hace que vuelvas a consumir dulces y helados o comidas hipercalóricas). Resuelve las situaciones internas (rabia, ansiedad, impotencia) y cambia las condiciones que te inducen a esa inercia perjudicial.
Una vez eres consciente de ciertos apegos nocivos en tu vida puedes introducir sustituciones por productos más sanos que cubran tu necesidad. Si requieres energía o azúcar, los cereales integrales (palitos de pan integral o galletas sin aditivos químicos, p.e.), frutos secos, patatas o boniatos pueden ayudarte según la situación. Si requieres proteínas, puedes añadir más soja en sus mútiples formas, o legumbres y cereales debidamente combinados (lentejas con arroz, p.e.), y dejar de llenar la nevera con carnes grasas y embutidos.
Además, muchas veces los aparentes deseos culinarios no son más que tapaderas de otros deseos emocionales o estados de ánimo, como la rabia, ansiedad, frustración. Si es así, define esas emociones y afróntalas cara a cara, dejando la comida a un lado. No tiene nada que ver con ella, no la metas en esto.
Define los apegos, revisa las viejas rutinas/acuerdos y establece sustitutos/nuevos acuerdos más beneficiones para ti.

4. Existe un método para la cesación del sufrimiento: el Óctuple Sendero.

No tienes que inventar la estrategia ni el método para librarte de los deseos nocivos y el sufrimiento que comportan. Puedes hacerlo si quieres y te ves capaz, y te funciona. Pero en cualquier caso, te vendrá bien saber que el budismo diseñó su propuesta particular con el nombre de "el noble óctuple sendero".

III. El Noble Óctuple Sendero.

1. La comprensión correcta.

Define qué es malo para ti y qué te beneficia. Haz una lista de alimentos, situaciones y actitudes recomendables y perjudiciales en tu alimentación.


2. La aspiración correcta.

Define y visualiza quién quieres ser física y emocionalmente; tu estado de salud; el tipo de vida activa o sedentaria que quieres llevar. Visualiza y programa quién quieres ser.

3. El habla correcta. (El poder de la palabra: magia blanca/magia negra).

No hables mal de nadie durante la comida (ni antes ni después, a ser posible); abstente de criticar la forma de comer de las/os demás comensales (come mucho, poco, mal...); los errores de la cocinera o las preferencias y rechazos de otras personas. Las palabras también se digieren.

4. La acción correcta.

Considera lo que comes y cómo lo comes como parte de la red universal de interrelaciones. Evita el despilfarro; recicla los sobrantes; protege los nutrientes (no abuses de altas temperaturas, fritos y asados de fuego directo; no tires el agua de las verduras; no quemes los alimentos convirtiéndolos en toxinas); apoya la agricultura local; respeta la vida en todas sus formas y agradece el regalo de la energía que consumes para convertirse en parte de ti.

5. El modo de vida correcto.

No matar (las emociones a través de la comida; los nutrientes que pueden seguir produciendo energía dentro de ti); no robar (consumiendo más comida de la que necesitas) y no abusar de la comida como si fuera una droga para embotarte o escapar de otras emociones.

6. El esfuerzo correcto.

Ni demasiado (la obsesión) ni demasiado poco (la comida rápida). Evitar la actividad incesante; emplear demasiado tiempo o demasiado poco en comer, cocinar, comprar. Cuando se come, se come, y luego se pasa a otra cosa (no comemos mientras vemos la tele, escribimos, trabajamos, jugamos a las cartas, pasaeamos o conducimos). Cada cosa a su tiempo.

7. La atención correcta.

Comer/vivir aquí, ahora. Cuando compras, cocinas, te sientas a la mesa, friegas los platos.

8. La concentración correcta.

La capacidad de la atención plena: cuándo tienes hambre, cuándo no; qué nutrientes está necesitando tu cuerpo en cada momento y cuáles no -sin equívocas intromisiones del deseo.
Resumiendo, recuerda siempre que cómo comes no es más que un reflejo de cómo vives. Quién eres -o cómo eres- se manifiesta en todo lo que haces. Evidentemente, nadie es perfecto, y ni tú ni yo ni nadie somos Dios ni vamos a vivir/comer como dios, pero sí podemos vivir/disfrutar en el empeño. Vivir/comer con atención, con la consciencia de que lo que comemos pasará a formar parte nuestra (como lo que vivimos, nuestras experiencias, pasan a formar parte de nuestra vida y de nuestro ser). Con agradecimiento por el regalo que el planeta y el trabajo de otras personas nos ofrecen. Con generosidad hacia nuestro propio organismo o hacia el de otras personas, cuando nos toca cocinar. Eliminando los venenos y toxinas siempre que esté en nuestra mano. Con placer y tiempo, degustando cada bocado y evitando el despilfarro, el desaprovechar las experiencias, por muy cotidianas y repetidas que nos parezcan -cada instante de nuestra vida es único e irrepetible.
En definitiva, estableciendo unos hábitos correctos.
Y a comer/vivir como Buda.
Buen provecho.


domingo, 2 de junio de 2013

Experiencia Globa: Agentes Comunitarios de Salud ( II )

SEGUNDA PARTE

Trujillo, 20 de Mayo del 2013

Agentes  Comunitarios  de  Salud :  Una  experiencia  Global.
(GLOBAL EXPERIENCE OF COMMUNITY HEALTH WORKERS FOR DELIVERY OF HEALTH RELATED MILLENIUM  DEVELOPMENT GOALS: A Systematic Review, Country Case Studies and Recommendations for Integration into National Health Systems. World Health Organization, Global Health Workforce Alliance. 2010.)

Dr. Pedro Enrique Quiñones Figueroa

Principales hallazgos. Discusión y perpectivas.

Existe un amplio rango  de servicios que son ofrecidos a la comunidad  por los ACS, desde parto seguro y  consejería en lactancia materna , al manejo de enfermedades infantiles no complicadas, de educación sanitaria y prevención en malaria, TBC, ITS -  VIH/SIDA y enfermedades  no comunicables, al tratamiento y rehabilitación de problemas comunes de salud mental.

Los servicios ofrecidos por los ACS han sido útiles para el declive de las tasas de mortalidad materna e infantil, y han disminuido la incidencia de TBC y malaria. No obstante, el progreso general hacia los ODM es muy lento. El consenso creciente es que esto se debe  a los sistemas de salud e información frágiles en los países de ingreso bajo.

El rol de los ACS  en la comunidad también ha sido cuantitativamente analizado en otras revisiones sistemáticas, ofreciendo evidencia motivadora del valor de la integración de los servicios de salud materna y neonatal, y de otras intervenciones de salud, en los escenarios comunitarios, a través de un amplio rango de estrategias útiles, muchas de las cuales pueden ser empaquetadas efectivamente para su entrega a través de los ACS.

Nuestro estudio de casos de países, de otro lado, demostraron la participación de los respectivos gobiernos y ONGD  en el financiamiento e implementación de políticas en cuánto programas de ACS. Los resultados confirman que los ACS proveen de  un enlace crítico a las comunidades con  el sistema de salud y servicios sociales.

Las comunidades en todos los países estudiados, reconocen el valor de los ACS  como miembros del equipo de salud, y por ende, han apoyado la utilización y el desarrollo de habilidades en los ACS.Más aún, estos estudios de caso hablan de logros de los programas de ACS en cuánto modelamiento y nivel de compromiso como recursos humanos en salud.

Ha habido un largo e irresuelto  debate sobre qué funciones  un ACS puede efectivamente llevar a cabo, aunado con preocupación sobre cuántas tareas un ACS puede realísticamente desarrollar. Un análisis en profundidad de las contribuciones de los ACS y sus productos en diversas intervenciones, nos ha llevado a identificar diversas brechas en el trabajo  efectivo de éstos trabajadores de la salud.

Los trabajadores de atención primaria de la salud proveen de una atención de la salud básica y de referencias apropiadas cuando son necesarias. Estos mejoran la percepción de la salud y promueven conductas saludables de prevención. No obstante, en los servicios  se encontró que eran plenamente utilizados  en la vecindad rural  en la cual los ACS eran desplegados.

Los roles y responsabilidades que los ACS estaban cubriendo en relación con los ODM, evidentes en la literatura global y en los programas nacionales, eran salud materna e infantil, atención de TBC, control de la malaria, atención de VIH/SIDA, con muchos menos  reportes en cuánto seguridad alimentaria y nutrición.

El rol de los trabajadores en nutrición, en proyectos a pequeña escala, estaba principalmente relacionado con consejería y abogacía en programas, estaban comprometidos con suplementación de hierro/ ácido fólico, consejería en cuánto nutrición materna, promoción del control de crecimiento y desarrollo en recién nacidos, manejo comunitario de desnutrición aguda usando preparaciones. Los estudios a nuestra disposición también identificaron una baja educación, que obstaculizó la labor de  los ACS, que requería de habilidades de abogacía.

De otro lado, habían estudios que resaltaban la importancia de la supervisión y entrenamiento de refresco en los ACS. Algunos programas experimentaron desafíos cuando los supervisores no estaban involucrados, lo que cambió con su involucramiento.

Con la perspectiva de la actual transición en los patrones de la dieta, encontramos una total ausencia de un rol de ACS en cuánto la modificación de estilos de vida, actividad física y en relación a cambios en la dieta en programas de ACS a gran escala, y sólo se encontró en programas de pequeña escala de países desarrollados.

Casi todos los estudios de intervención en ACS mostraron un impacto significativo en la reducción de la mortalidad materna, perinatal y neonatal, y una mejora en la atención perinatal y post parto, en lactancia materna exclusiva y nutrición infantil, en inmunizaciones y en planificación familiar.

Los ACS proveedores de atención al recién nacidofueron entrenados en enseñar la atención madre-canguro para niños de bajo peso al nacimiento, y en monitorear el peso para niños menores de 5 años. Aparte de la provisión de intervenciones promocionales en atención general de salud, estos trabajadores de la salud también estuvieron involucrados en la atención preventiva y terapéutica de enfermedades maternas, 
neonatales e infantiles. Ellos manejaron enfermedades comunes no complicadas de la infancia, e identificaron aquellas que requerían referencia a un servicio de mayor complejidad.

No obstante, las mayores barreras que se cruzan en el camino de los servicios de los ACS, son  las creencias tradicionales y sus prácticas. Sus mayores esfuerzos deberían estar dirigidos hacia el cambio de conducta de la comunidad, convencerlos de la provisión de una adecuada nutrición a las mujeres gestantes, evitar la ablactancia temprana en el neonato, y en dar calostro y lactancia exclusiva  por lo menos por 4 a 6 meses.

Otra barrera mayor fue el inadecuado suministro de equipamiento y medicamentos. Fueron entrenados para el monitoreo del crecimiento, pero la falta de balanzas no les permitía cumplir con sus tareas.
Además, la falta de seguimiento educativo y entrenamiento de refresco fue otra barrera mayor en la correcta función de los ACS, cuando un tiempo adecuado no fue asignado para aspectos prácticos  durante su entrenamiento inicial.

Estudios en los que los ACS desarrollaron sus servicios bajo supervisión y que asistieron mensualmente a encuentros, estuvieron aptos para el logro de impactos positivos y su reconocimiento en la comunidad mejoró con conocimiento actualizado.

Nosotros, de otro lado, evaluamos los programas de ACS con LA LISTA DE INTERVENCIONES DE SALUD MATERNA-NEONATAL-INFANTIL / USAID, que mostró que ninguno de los programas desarrollaba todas las intervenciones sugeridas.

Los ACS en éstos programas, principalmente cumplían en dar atención pre – natal, atención pos – parto, atención inmediata del recién nacido y servicios de inmunizaciones, en la comunidad, con especial énfasis en consejería y en la referencia de  a los servicios de salud.

Pero, muy pocos programas de ACS se enfocaban en el reconocimiento y referencia   de complicaciones maternas y neonatales, en la prevención de hemorragia post – parto, en la provisión de atención madre – canguro  para infantes de bajo peso, en el tratamiento comunitario de neumonía, y en otras referencias para enfermedades severas en niños.

Observando la variedad de tareas en el dominio de la Salud materna – neonatal – infantil, los ACS encaran tensiones laborales que están llevando a tasas de desgaste altas.

El Programa de Mujeres Trabajadoras de Salud (LHW, Pakistán) en un estudio reportó, que el nivel socio-económico bajo y las largas distancias de viaje, la provisión inadecuada de insumos médicos, la falta de una carrera profesional y el no estar preparadas para comunicarse eficientemente con las familias, eran los factores principales para la insatisfacción laboral y el desgaste.

Además, el BRAC Shasthyo Shebika ( Bangla Desh Rural Advancement Committe) identificó factores  responsables de sus deserciones, entre los cuales están el bajo ingreso y las pequeñas ganancias por venta de medicamentos y métodos anticonceptivos.

Globalmente, la incidencia de malaria ha venido declinando, pero, especialmente en la región del Africa subsahariana, la malaria que es prevenible y controlable, continúa cobrando millones de vida.

El rol de los trabajadores de malaria  en la literatura revisada, ha sido promover el uso de redecillas tratadas con insecticidas, y proveer de tratamiento para la malaria no complicada. Sin embargo, en los casos de estudio de países, el rol principal era de consejería  y referencia para las redecillas tratadas con insecticida, tratamiento intermitente preventivo y pruebas de diagnóstico rápidas.

Solo dos programas, el Programa de Extensión de Salud de Etiopía (Ethiopía Health Extension Program) y el BRAC Bangla Desh, han entrenado a sus ACS en pruebas de diagnóstico rápidas y tratamiento.

Los ACS trabajando en malaria usualmente encaran restricciones en la entrega de los nuevos medicamentos de malaria y en las redecillas tratadas con insecticidas, evitando que puedan ofrecer a plenitud sus servicios.

Ya que en muchos estudios los ACS eran campesinos locales  o distribuidores de medicamentos de la comunidad,  y eran en principio accesibles a todos los pobladores, éstos fueron motivados a través de la educación sanitaria  a consultar por cualquier  episodio de fiebre.

Problemas clave en éstas intervenciones giraron alrededor de las limitadas perspectivas de la práctica de los ACS y su rol ambiguo en el sistema de salud. Más específicamente, los ACS querían  más que una remuneración simbólica por sus servicios; estaban  ávidos de recibir más entrenamiento para expandir su perspectiva de prácticas, y querían formar parte formal del sistema de salud.

En la lucha contra el VIH/SIDA como una de las metas de los ODM, ha habido una disminución  en la incidencia de nuevos casos. El número de muertes por VIH/SIDA  también ha disminuido con la expansión de TARGA (Tratamiento Anti Retroviral de Gran Actividad).

La epidemia de VIH/SIDA ha incrementado drásticamente la demanda por servicios de salud, pero un número creciente de trabajadores de salud están muriendo o no están aptos para trabajar, producto de HIV/SIDA.

El rol de los ACS en la reducción de la incidencia de VIH/SIDA sin embargo, no ha sido muy significativo, parcialmente porque el VIH/SIDA no es foco principal de los programas de entrenamiento de ACS en la mayor parte del mundo, a pesar de ser meta de los ODM.

 El rol de los ACS en cuánto HIV/SIDA ha estado restringido a crear conciencia y proveer de TARGA usando DOTS ( Directamente Observado y Tratamiento Estandarizado).

De la revisión global sistemática encontramos escasamente 17 estudios que describían el rol de los ACS relativo al  VIH/SIDA, de los cuales sólo 1 estudio revelaba que el concepto de Prevención de la Transmisión Vertical Madre – Niño era  enseñado a los ACS, y que tanto la madre como el recién nacido expuesto eran tratados con dosis única. Sólo un estudio reportó el rol de rehabilitación  de los ACS a los pacientes de VIH/SIDA en la forma de soporte psicosocial.

Mientras tanto, ninguno de los programas de ACS de nuestros estudios de caso de países, entregó  todas las intervenciones, según criterios de USAID  para intervenciones para Prevención de la Transmisión Vertical Madre – Niño, y  sólo 2 programas (Brasil y Haití) incluyeron intervenciones en éste sentido, pero restringidas a consejería y referencia.

Estas observaciones revelan que los ACS  en general no han sido entrenados integral y exhaustivamente en el tema de VIH/SIDA, en su prevención, tratamiento y rehabilitación.

Los ACS no estaban armados con las estrategias de soporte y de rehabilitación, que les hubiera permitido mejorar la vida de las personas afectadas por VIH/SIDA, que  generalmente están viviendo con el estigma  y la discriminación relacionados a la enfermedad.

Otra área de intervención que aparece descuidada y donde los ACS pueden crear una diferencia, es aquella de la salud mental. Los actuales estándares de vida, con una crisis económica global y tasas de desempleo elevadas, ha conducido a un sinnúmero de problemas en salud mental en la sociedad, siendo los más frecuentes ansiedad y depresión.

Estos problemas tienden a deteriorar aún más  la situación de salud y la situación socio – económica, y llevan incluso a la pérdida de vidas por crímenes y suicidios, si los problemas no son atendidos. A pesar de éstos hechos, la esfera de enfermedades mentales no ha recibido la suficiente atención. Recomendamos que ésta intervención sea galvanizada en la estrategia preventiva y de rehabilitación, de la atención primaria de salud, así como cada una de las intervenciones respecto de los ODM.

En su conjunto, los factores que limitan el rango y calidad en el impacto de los ACS se identifican a continuación y se desarrollan en la sección de recomendaciones :

-          Escasez de medicamentos básicos e irregular entrega de vacunas e insumos;
-          Supervisión inadecuada e irregular;
-          Falta de equipamiento y equipamiento no funcional;
-          Educación inicial y de mantenimiento insuficiente;
-          Bajo nivel económico y remunerativo de los ACS; y,
-          Enlace inadecuado con el sistema de salud.

Recomendaciones

Hay un amplio rango de diferentes ACS, desarrollando un más amplio rango de tareas. Por lo tanto, una tipología no es fácil. Una simple distinción, no obstante, es entre ACS generalistas y especialistas, ejemplo de éstos últimos son los trabajadores en salud materno-neonatal-infantil, los trabajadores en nutrición,  TBC y VIH/SIDA.

Educación.

Manteniendo el criterio de educación primaria e incorporando educación de adultos, que comprenda aritmética, lectura y escritura, debe ser considerada en el curriculum de entrenamiento de los ACS, asegurando de ésta manera documentación apropiada, referencias y el registro de los suministros.
Más aún, los ACS que están involucrados en manejo de casos, deben ser estrictamente  escrutados por su nivel educativo. En una situación ideal y para dar una oportunidad justa, el candidato con por lo menos educación primaria debe ser preferente.

RECLUTAMIENTO.

En todos los estudios y programas de ACS que hemos revisado, se enfatiza que los ACS deben ser elegidos de las comunidades que van a servir, y que las comunidades  deben participar en la selección de sus acs.
La preparación de la comunidad y su compromiso es elemento vital que es raramente tenido en cuenta. Desde el inicio,  el programa debe desarrollar Comités de Salud de poblado en la comunidad, que también pueden contribuir a procesos de selección  de ACS, participativos.

SALUD MATERNO-NEONATAL-INFANTIL

Los trabajadores en los ODM 4 (reducir la mortalidad infantil) y ODM 5 (mejorar la salud materna), deben ser preferentemente mujeres, casadas, y con niños no menores de 5 años, ya que éstas tienen menor tendencia a la migración.

Más aún, éstas mujeres tienen experiencia en el manejo de temas relacionados con el embarazo y la maternidad, y en cuánto al cuidado de sus propios niños.

TBC y VIH/SIDA

Para los trabajadores de TB y VIH/SIDA, se debe dar preferencia a aquellos que han usado drogas o que han estado en tratamiento y que han completado su régimen.

ENTRENAMIENTO

Casi todos los estudios describen la modalidad de entrenamiento y el contenido, pero su duración, tipo de entrenamiento y  sincronización, varían dramáticamente.

Los ACS  en todos los perfiles de los países y en nuestra revisión global, estaban desarrollando intervenciones promocionales, preventivas y terapeúticas, y muy pocos estudios habían identificado el  rol  de los ACS en servicios de rehabilitación,  especialmente en enfermedades crónico-degenerativas y VIH/SIDA.

En la mayor parte de los estudios en nuestra revisión, encontramos  un impacto positivo en las intervenciones de salud y nutrición. Los estudios particularmente intentaron evaluar la sensibilidad, especificidad y valores predictivos, reportando mejores diagnósticos y mejor manejo de casos por los ACS, confirmando la minuciosidad y lo apropiado de la modalidad de entrenamiento y del contenido del entrenamiento.

Observando la diversidad de las intervenciones  que los ACS entregan a la comunidad, pensamos que deben ser entrenados en aula por lo menos por 6 meses, con un adicional de 6 meses en entrenamiento práctico, lo que les da una oportunidad de aplicar lo aprendido teóricamente.

Actualmente, las aproximaciones basadas en competencias son las usualmente aplicadas. No obstante,  se recomienda que el entrenamiento didáctico sea dado con amplias sesiones interactivas, incluyendo discusiones en pequeños grupos, desempeño de roles y actividades de campo. También se recomiendan simulaciones, que ayudarían a los ACS en abordar situaciones de la vida real más eficientemente.

En ésta aproximación, las habilidades y competencias requeridas de los ACS son definidas y convertidas en pasos y procedimientos estandarizados, necesarios para habilidades específicas.

El lugar ideal para el entrenamiento, donde los ACS tendrán suficiente oportunidad para practicar, varía según el programa de ACS. Para tener un entrenamiento práctico, los programas recomiendan que deben ser conducidos en la comunidad más que en los servicios de salud.

En otros contextos, como el manejo de niños  enfermos, el entrenamiento puede tener lugar en los servicios, de tal manera que tengan más oportunidades para demostrar sus habilidades en situaciones de la vida real, y tengan oportunidad de practicar nuevas habilidades aprendidas.

Como los ACS tienen limitada educación formal,  los programas deben desarrollar materiales y actividades de entrenamiento específicos para ACS, más que utilizar paquetes utilizados para trabajadores de los servicios.

El rol de los ACS  ha ido incorporando intervenciones terapeúticas, en las que se diagnostica  y  se da  tratamiento a enfermedades infecciosas en niños, específicamente infecciones respiratorias agudas.

Mayormente se les entrega algoritmos para la correcta identificación y manejo, los cuales son mejores para trabajadores alfabetos,  pero son menos comprendidos por trabajadores analfabetos que dependen de la memoria. En éste último caso, y teniendo en cuenta el nivel educativo de los ACS, se debe utilizar material visual o pictórico.

Más aún, el  entrenamiento continuado o de refresco es tan importantes como el entrenamiento inicial. Un cierto número de estudios han encontrado que si no está disponible el entrenamiento de refresco con regularidad, las habilidades adquiridas y el conocimiento se pierden rápidamente, y que de otro lado, un buen entrenamiento continuo puede ser más importante que los sujetos seleccionados.

Se sugiere que tres días adicionales  de entrenamiento, provistos regularmente a los ACS cada año, resultarán en una mejora de la calidad del servicio con una consecuente mayor utilización.


COMPETENCIAS

Mientras que por un lado, los ACS  han jugado un rol importante en funciones de promoción, prevención y terapeúticas  en los servicios materno, neonatal e infantil, hay gran potencial para jugar un rol en el monitoreo y subsecuente rehabilitación de pacientes con TBC, VIH/SIDA, infecciones de transmisión sexual y con enfermedades crónico – degenerativas.

CERTIFICACION Y NOMBRAMIENTO

La certificación luego del entrenamiento, y la promoción  luego de algunos años de servicio como   ACS, a  supervisores, puede servir también como incentivo y a mantener a los ACS involucrados, y persiguiendo  una promoción profesional.

Un puesto claro y asalariado debe estar destinado para los ACS. Muy frecuentemente los ACS  han sido identificados como voluntarios de la comunidad, y se les ha dado un salario por debajo del mínimo.

DESPLIEGUE

Los ACS siempre deben ser desplegados siempre  en las áreas a las cuales pertenecen , para asegurar un compromiso local máximo y un sentido de pertenencia.

SUPERVISION

La supervisión y el apoyo son dos pilares en los cuales se basa un programa. Está igualmente reconocido no obstante, que la supervisión está entre  los elementos más débiles de los programas de ACS.

Entre los estudios que hemos revisado, hemos  encontrado que los proyectos a pequeña escala fueron exitosos porque proveyeron  apoyo efectivo y un sistema de supervisión  para los ACS, frecuentemente incluyendo una significativa vigilancia  de la comunidad.

Los programas nacionales de otro lado, raramente fueron capaces de lograr consistentemente  lo anteriormente señalado. Las evaluaciones han documentado fallas en el monitoreo y apoyo, que han sido irregulares o no han existido. En el peor de los casos,  los ACS ni siquiera conocían quienes eran sus supervisores, cuando existía un sistema de supervisión.

En pocos programas de ACS encontramos que los supervisores eran personal formal de los servicios de salud, los cuales no obstante, podían no entender a los ACS y su rol, y más aún, podían resentir de las tareas adicionales.

Los programas de ACS sin un sistema de supervisión han mostrado brechas en su funcionalidad, en términos de inadecuada documentación y vínculos con el sistema de salud en su conjunto.

Por tanto, debemos recomendar que los supervisores deben ser ellos mismo miembros de la comunidad, que también deben ser seleccionados  de acuerdo a criterios establecidos. Ellos deben ser entrenados y equipados con habilidades de supervisores. Deben existir estrategias claras y procedimientos para los supervisores y las actividades que supervisarán; las habilidades deben ser enseñadas de tal manera que el personal de salud, los ACS y los miembros del Comité de salud de poblado sepan lo que se espera de los supervisores.

Los supervisores deben apoyar y estar dispuestos a ofrecer ayuda cuando se necesite, más que ejercer una labor policíaca y mantener vigilancia en si los ACS están  trabajando o cumplen con las metas. A los supervisores debe enseñárseles a llevar a casbo su trabajo de una manera participativa. La supervisión mecánica, de arriba-abajo, enfatiza la distancia social entre el supervisor y el supervisado, y lleva a quiebres en la comunicación y al final en daño al programa.

Los lineamientos de supervisión deben incluir una lista de actividades, la más importante de las cuales es el flujo en ambos sentidos de la información.

Es también vital que el supervisor actúe como  modelo de un rol, de tal manera que su conducta sea copiada.

También se reconoce que a los ACS experimentados y competentes, se les permita un entrenamiento mayor y oportunidades para el desarrollo de sus habilidades, para finalmente ser promovidos a un nivel de supervisores.

EQUIPAMIENTO E INSUMOS

Cuestiones tales como  una provisión segura de transporte, provisión de medicamentos y equipamiento, han sido identificados con enlace crítico y débil en en la efectividad de los ACS, y tiene como resultado no s´lo que no puede llevar a cabo bien sus tareas, sino que su posición en la comunidad es minado.

Idealmente, insumos y equipamiento deben ser organizados a través de  dispensarios distritales, y recolectado y entregados por los ACS. Si se utilizan ACS en programas en los cuales se entregan medicamentos, como TBC – DOTS o TARGA, la situación se vuelve más crítica. La provisión crítica respecto de los programas es la siguiente:

-          -Trabajadores en Nutrición : Balanza romana, Cartilla de Crecimiento y Desarrollo, suplementos de Fierro/ Acido fólico, Sales de Rehidratación Oral, Antiparasitarios, material pictórico para la educción sanitaria ;             
T    -Trabajadores en Salud Materna-Neonatal-Infantil: Suplementos de Fierro/ Acido fólico, toxoide tetánico, antiparasitarios, métodos de planificación familiar, Sales de Rehidratación Oral, cartillas de Crecimiento y Desarrollo, Balanza romana, antibióticos para el manejo de casos, redecillas tratadas con insecticidas, materil pictórico para la educación sanitaria;
-        -  Trabajadores en Malaria: Redecillas tratadas con insecticidas, drogas anti-maláricas, pruebas de diagnóstico rápido, material pictórico para la educación sanitaria;
-         - Trabajadores en TB y VIH/SIDA: Vacunas BCG, TARGA para VIH/SIDA, condones, material pictórico para la educación sanitaria.

INCENTIVOS

Teniendo presente la escasez de trabajadores de la salud y la creciente necesidad de ACS para atender las demandas de atención de salud, es imperativo prevenir las deserciones de los programas de entrenamiento.

Los ACS son personas pobres, viviendo en comunidades pobres, y por ende  requieren de ingresos. De la revisión global y de los estudios de caso de países, hemos encontrado que los programas pagan a sus ACS un salario o un honorario, y casi no existen ejemplos de sostenimiento financiado por la comunidad. Aún las ONGD tienden a encontrar formas de remunerar a sus ACS.

Más aún, un control en la deserción puede ser alcanzado a través de incentivos financieros y contratación periódica y basada en el desempeño, y como empleados a tiempo completo, antes que como voluntarios o por contratos a tiempo parcial.

Nosotros hacemos una fuerte recomendación de asegurar que a los ACS se les pague salarios adecuados a su carga de trabajo  y tiempo de dedicación. Incentivos al desempeño puede ser otra opción de pago, que también puede motivar a trabajar con toda determinación.

También, premios en especie, como una tarjeta de identificación, pueden proveer un sentido de orgullo en su trabajo y un mayor estatus en sus comunidades. Hasta donde sea posible, cobertura de salud gratis para los ACS y su familia también debe ser provisto.


Finalmente, recomendamos que a los  ACS  se les haga un  pago por desempeño, para mantenerlos estimulados. También hemos propuesto los siguientes indicadores como base para el incentivo al desempeño:

Experiencia Global: Agentes Comunitarios de Salud ( I )

Trujillo, 20 de Mayo del 2013

Agentes  Comunitarios  de  Salud :  Una  experiencia  Global.
(GLOBAL EXPERIENCE OF COMMUNITY HEALTH WORKERS FOR DELIVERY OF HEALTH RELATED MILLENIUM  DEVELOPMENT GOALS: A Systematic Review, Country Case Studies and Recommendations for Integration into National Health Systems. World Health Organization, Global Health Workforce Alliance. 2010.)

Dr. Pedro Enrique Quiñones Figueroa

I.                    PREFACIO
Los trabajadores de la salud representan los  mismos cimientos de los sistemas de salud.
La escasez de trabajadores de la salud es unánimemente aceptada cómo uno de los elementos clave en la provisión de intervenciones esenciales y que salvan vidas, tales como inmunizaciones en la infancia, gestación saludable y parto seguro para madres, y en el acceso al tratamiento para VIH/SIDA, tuberculosis y malaria.

El Reporte Mundial de la Salud, 2006 (World Health Report, 2006) argumenta que los Agentes Comunitarios de Salud (ACS) tienen el potencial de ser parte de la solución ante la crisis de recursos humanos que afecta a muchos países.

Los ACS proveen una variedad de funciones incluyendo ampliación de cobertura, consejería y atención domiciliaria de pacientes, y representan  un recurso para incorporar y servir a poblaciones empobrecidas y marginadas. Hay evidencia acumulada  para demostrar el potencial positivo de los ACS, en mejorar el acceso equitativo a la atención y en la mejora de los resultados  de la salud.

Desarrollar a los ACS es una de las estrategias enmarcadas en la “Declaración de Kampala y  Agenda de Acción Global”, y es con éste telón de fondo que se ha comisionado a la Alianzauna revisión sistemática,  para poner en agenda cuestiones no resueltas en el rol de los ACS  y en las políticas requeridas para optimizar el impacto de éstos programas, así como en estrategias en el contexto del planeamiento de los recursos humanos y en la gerencia.

Alineado con la anterior revisión, se condujeron ocho estudios de caso en profundidad en el  Africa Subsahariana (Etiopía, Mozambique, Uganda), en el Sudeste de Asia (Bangladesh, Pakistán, Tailandia) y en Latinoamérica (Brasil y Haití). Los estudios de caso se llevaron a cabo con el propósito específico de corroborar y validar los hallazgos de la revisión sistemática.

Se prestó especial atención a los diferentes tipos de ACS y los servicios que proveen,a  las típicas debilidades en los programas de ACS, y a los factores sistémicos que permiten contrarrestarlas, factores que deben desarrollarse para maximizar el beneficio potencial del empleo y utilización de ACS.

También, se tomaron en cuenta:  el criterio de reclutamiento, el contexto en el cual fueron entrenados, el proceso de certificación, la supervisión, los incentivos y el desarrollo profesional de los ACS, los cuales fueron revisados, proveyendo de recomendaciones concretas y operativas.

Los hallazgos principales en éste estudio proveen de una clara direccionalidad para los planificadores, en el diseño y gerencia de programas de ACS:

-         -  Los ACS deben estar coherentemente insertos en el más amplio sistema de salud, y sus  cuadros  deben ser incluidos explícitamente en el Planeamiento estratégico de Recursos Humanos en Salud, a nivel nacional y local;
-          - Los Comités de Salud de poblado, en la comunidad, deben contribuir a los  procesos de selección de ACS, haciéndolos participativos;
-          - La  curricula  de entrenamiento antes del servicio, debe incluir conocimiento científico en cuanto manejo preventivo y atención curativa básica;
-          - Los ACS  deben estudiar y monitorear  continuamente las necesidades de salud de la comunidad, y su demografía;
-          - Los ACS deben establecer protocolos de referencia con los sistemas de salud formales y con las agencias de servicios sociales; y,
-          - Los ACS deben beneficiarse de una regular y continua supervisión y monitoreo, los que a su vez deben servir de apoyo y soporte.

Consideramos  que la implementación de estas recomendaciones tienen el potencial de contribuir equitativamente y de manera costo-eficaz, a desarrollar la cobertura de los servicios, y de guiar a una tangible  mejoría en los resultados de salud, y en particular en el contexto de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).

II.                  RESUMEN EJECUTIVO.

Los Recursos Humanos en la actual crisis de la salud, son  uno de los factores a la base del pobre desempeño  de los sistemas de salud paraproveer intervenciones efectivas, basadas en evidencias, para problemas prioritarios de salud, siendo que ésta crisis es más severa en los ´países en desarrollo.

La participación de los ACS en la provisión de la atención primaria de salud ha sido experimentada en todo el mundo por varias décadas, y hay un cúmulo de evidencia mostrando que pueden sumarse significativamente a los esfuerzos de mejorar la salud en la población, particularmente en aquellos escenarios con la mayor escasez de profesionales motivados y capaces.

Con la finalidad de identificar programas de ACS con impacto positivo en los ODM relacionados con la salud, es que se realizó la revisión sistemática así como los estudios de caso en los países, siendo el foco aspectos clave de éstos programas, como: tipología, selección, entrenamiento, supervisión, evaluación y certificación, patrones de empleo, entrenamiento en servicio, desempeño y verificación del impacto.

Para los indicadores de impacto, el foco estuvo centrado en aquellos relacionados con la salud materna e infantil, HIV/SIDA,TBC y malaria, así como aquellos relacionados con la salud mental y las enfermedades no transmisibles.

Resultados

Los servicios ofrecidos por los ACS han contribuido a la disminución de las tasas de mortalidad materna e infantil, así como también a la disminución de la carga de enfermedad y  costos de TBC y malaria. Aún así, la cobertura de éstos programas y el avance global hacia los ODM es escaso.  El creciente consenso a éste respecto, especialmente en los países de ingreso bajo, es que se relaciona a la estructura económica y de salud, frágiles.

Los resultados confirman que los ACS proveen de un vínculo crítico entre sus comunidades y el sistema de los servicios sociales y de salud. Las comunidades de todos los países estudiados reconocen el valor de los ACS  como un miembro  del equipo de salud y por ende, han apoyado su utilización y su desarrollo de habilidades. Estos estudios de caso hablan, más aún, de los logros de los  programas de ACS  en relación con los modelos y nivel de compromiso del recurso humano.

La región que queda muy atrás de los ODM es Africa, especialmente la   Subsahariana. Varios factores han sido identificados como responsables, e incluyen recursos humanos inadecuados, especialmente la fuerza de trabajo que está muriendo por VIH/SIDA, y la pobre remuneración por su trabajo, que lleva a deserción;  la falta de supervisión, equipamiento, medicamentos e insumos, necesarios para proveer servicios esenciales de salud materna, infantil y de salud reproductiva, y aquellos requeridos para el control y potencial tratamiento de enfermedades infecciosas prevenibles.

Entre las limitaciones de los estudios revisados, encontramos primeramente, que al implementarse el programa, no se documentó la completa descripción y características de los ACS empleados, especialmente en cuanto nivel y cantidad de supervisión provista a éstos trabajadores, que podría haber ayudado en la identificación de la importancia de éste factor y su asociación con otros productos.

Se necesitaba  además,  de información adicional en cuanto al nivel de inicio de educación de los ACS, sobre la provisión de entrenamiento de refresco, y la modalidad de entrenamiento y el balance de las sesiones teóricas y prácticas, que hubieran  provisto apoyo importante en la comprensión de sus efectos, o la influencia de éstos factores en el desempeño de los ACS en escenarios comunitarios.

De manera importante, la participación por parte de la comunidad y la supervisión de los ACS son características clave, que son insuficientemente descritas y analizadas en la literatura disponible.

En segundo término, estudios relacionados con el rol de los ACS en VIH/SIDA, en cuánto prevención y atención,  y en salud mental y seguridad alimentaria y nutrición son escasos.

Tercero, pocos estudios de evaluación y reportes fueron a escala, y ninguno siguió un diseño experimental  a – priori, o un proceso de estudio del impacto.

Mensajes clave para  la integración de los ACS a nivel nacional, incluyen las siguientes áreas :

-          Planeamiento, producción y empleo.

Los programas de ACS deben estar coherentemente insertos en el más amplio sistema de salud, y los ACS deben estar explícitamente incluídos  en la Planificación estratégica de los Recursos humanos en Salud, en los niveles locales y regionales.

Dado el amplio rol que muchos ACS juegan en la atención primaria, el programa debe asegurar un núcleo central de habilidades e información relacionados a los ODM. Por tanto, el curriculum debe incorporar conocimiento científico sobre las medidas preventivas y la atención básica de la salud, y más aún, relacionar éstas ideas con ,los temas locales y sus tradiciones culturales.

Los ACS deben ser entrenados como se requiere, en los aspectos promocionales, preventivos, curativos y de rehabilitación, en relación con la salud materna, neonatal e infantil, malaria, TBC y VIH/SIDA, así como otras enfermedades transmisibles y no transmisibles.

 Otros contenidos del entrenamiento,  y la duración del mismo  pueden ser añadidos, en función a la intervención específica y al desempeño que se espera de los ACS.

Los programas de ACS deben regular claramente el procedimiento de selección/empleo (idealmente involucrar a la comunidad en el planeamiento, selección, implementación y monitoreo), que asegure el nombramiento de aquellos que completaron y certificaron  el curso, y que aprobaron el examen escrito o verbal al final del entrenamiento.

Los gobiernos deben tener la responsabilidad de organizar un sistema transparente para la selección y empleo, y más aún, asegurar la calidad de un sistema regulado. En el desarrollo del programa de ACS, 
el nivel que toma las decisiones debe considerar el enlace con el sistema de salud.

-          Atracción y retención.

La preparación de la comunidad y su incorporación, es un elemento vital que es raramente practicado. 

Desde el inicio, el programa debe desarrollar comités de salud de poblado, en la comunidad, que también contribuyan en un proceso de selección participativo de los ACS.

Los programas de ACS deben basarse en y responder a, las necesidades de la comunidad. En términos prácticos, éstos programas deben continuamente estudiar las necesidades de salud de la comunidad y su demografía, se debe contratar a personal de la comunidad que refleje la diversidad cultural y lingüística de la población a ser servida, y que promueva decisiones compartidas en la organización de los programas, en su  equipo asesor y entre los ACS.

Los programas de ACS también deben proveer oportunidades para una movilidad ocupacional y un desarrollo profesional. Estos deben incluir oportunidades para educación contínua, reconocimiento profesional y carrera profesional. Esto puede realizarse a través de oportunidades programáticas específicas, o acceso a becas de entrenamiento y de educación.

Los programas de ACS deben garantizar el soporte y provisión de insumos básicos y equipamiento, para permitir una adecuada funcionalidad de éstos trabajadores.

-          Gerencia del desempeño.

Los programas de ACS deben también asegurar que la administración del desempeño esté basada en un mínimo y estandarizado conjunto de habilidades, y que éstas respondan a las necesidades de la comunidad, y que además sean específicas al contexto local.

Los programas deben establecer procedimientos de referencia con hacia oficinas y funcionarios locales,  de salud y de servicios sociales.

Los programas deben tener sistemas de supervisión y monitoreo,  periódicos y continuos, organizados, y la supervisión debe ser enseñada para ser realizada de una manera participativa, que asegure un flujo de la información en ambas direcciones. Más aún, las evaluaciones internas y externas deben ser llevadas a cabo de una manera periódica y regular, para mejorar los servicios y analizar la necesidad logística variada, los insumos, y asegurar un entrenamiento de acuerdo a los requerimientos.

Idealmente, los programas deben evaluar  su propio desempeño en una base anual, mientras que una evaluación por terceros es recomendada cada 4-5 años, o que a su vez generaría hallazgos neutrales y libres de sesgo.

El diseño del plan de acción del país, para el desarrollo y mejora de los programas de ACS, debe ser acabado por un grupo de trabajo de múltiples receptores y beneficiarios, y debe incluir la identificación de los recursos necesarios, indicadores y objetivos, así como herramientas de monitoreo, y debe ser formalmente autorizada por el Ministerio de Salud.

Finalmente, recursos sostenidos deben estar disponibles para el sostenimiento del programa de ACS y los propios trabajadores del mismo.

-          Brechas de conocimiento.

Hay una importante falta de información respecto del costo-efectividad de los programas de ACS.
Son necesarios estudios para determinar si los programas de ACS promueven  la equidad y el acceso.

Un mayor análisis es requerido en cuánto la efectividad de los  diferentes modelos de remuneración/pago/incentivos de los ACS en las diferentes tareas y escenarios.

Son necesarios estudios para evaluar la calidad de la atención y la efectividad de la atención   de salud provistos por los ACS, comparados con los proveedores profesionales de atención de salud, en los campos de educación sanitaria, promoción y administración de problemas específicos de salud.

También son necesarios estudios para comparar la efectividad de las estrategias de promoción/prevención comparados a las intervenciones curativas, desarrolladas por los ACS para la salud materna y neonatal.

Dada la carga global de enfermedad, se necesitan estudios específicos en el rol potencial de los ACS en la prevención  y atención  de VIH/SIDA , ya que hay muy poca información empírica al respecto.

Más investigación  es necesaria en cómo los ACS están ligados al más amplio sistema de salud, por ejemplo en términos de referencias y supervisión, y en el mpacto de éstos cuadros en el sistema de salud.

Una mayor revisión sistemática es también requerida en cuánto a los factores que afectan la sostenibilidad de las intervenciones de los ACS, para su desarrollo; de la misma manera, en cuánto a la efectividad de las diferentes aproximaciones  para asegurar la sostenibilidad; y, también , en el costo-efectividad de las diferentes intervenciones de ACS.

Un análisis adicional se requiere en cuanto al volumen de trabajo y el tipo de actividades, y por ende, al número de ACS requeridos para dichas tareas.

La investigación es necesaria también, para identificar mecanismos innovadores para la sostenibilidad de los programas de ACS.

III.                REPORTE.

Contexto.

Los ACS son trabajadores de la comunidad que ayudan a los individuos y grupos de su propia comunidad, para el acceso a la salud y a los servicios sociales, y educan  a los miembros de la comunidad sobre variados temas de salud.

La OMS ha elaborado la definición de los ACS como:

“ Deben ser miembros de las comunidades donde trabajan, deben ser seleccionados por su propias comunidades, deben responder a las comunidades por sus actividades, deben ser sostenidos por los sistemas de salud pero no necesariamente deben ser parte de su organización, y deben tener un tiempo de preparación más corto que los trabajadores profesionales“.

En la década de los 80s, los ACS eran considerados piedra angular de la atención primaria de salud, tal como era la visión en la Declaración de Alma Ata, pero su importancia declinó en la década de los 90s con el cambio de enfoque hacia modelos alternativos de programas verticales y de servicios de salud.

Ahora es evidente que éste cambio en dirección estaba fuera de lugar, y ahora hay interés creciente en la atención primaria de salud integral y en el desbalance entre la prevalencia de enfermedad y la atención de salud óptima, y también ha habido un repensar del interés e importancia que tienen los ACS.

Este interés está relacionado con la potencial reubicación de intervenciones y tareas específicas, desde una más especializada a una menos especializada , en cuánto trabajadores de salud (la denominada “traslación de tareas).

Mientras que los ACS no reemplazan la necesidad de una más sofisticada atención de saluda través de trabajadores de salud entrenados, los ACS  pueden jugar un importante rol en incrementar el acceso a la atención y a los servicios de salud, y de ésta manera, mejorar los resultados de los productos de la salud.

Así, los ACS se convierten en un vínculo efectivo entre la comunidad y los servicios de salud formales, y se convierten en un componente crítico de los esfuerzos por una aproximación más amplia, que incorpore los determinantes sociales de la salud medio ambientales y sociales.

Ejemplos exitosos son evidentes en los esfuerzos en Bangladesh (Bangladesh Rural Advancement Committee/BRAC) por establecer un programa de ACS  basado en la acumulación de experienciasy en el aprendizaje. Brasil es otro ejemplo, donde los ACS proveen de cobertura a  más de 80 millones de personas .Y en  Etiopía, se está actualmente entrenando alrededor de 30 mil trabajadores con énfasis en salud materna e infantil, VIH/SIDA y malaria.

Es evidente que hay una falta de profesionales de la salud formalmente entrenados, como doctores y enfermeras en  atención primaria y escenarios comunitarios, que ha emergido como una limitación mayor en la entrega de intervenciones maternas e infantiles.

 Con un entrenamiento apropiado, algunas de éstas tareas pueden ser desarrolladas satisfactoriamente por los ACS y otros cuadros de trabajadores, como parteras tradicionales y personal de salud no calificado.
ACS comprometidos pueden mejorar el acceso a los servicios de salud básicos y esenciales y a sus productos, y pueden también influenciar en la creación de la demanda. El rol de los ACS en facilitar la entrega de variadas intervenciones en escenarios comunitarios y de atención primaria, es mejorar los resultados de los ODM, en un tema de creciente interés en la salud pública, pero no ha sido sistemáticamente analizado.

Métodos

Se hizo una revisión sistemática mundial y se aplicó la herramienta “Valoración de la Funcionalidad de Programa” (PFA – USAID), que propone 12 componentes programáticos para valorar la efectividad, y éstos son :

1.       Reclutamiento:  Cómo y dónde  un ACS  es identificado, seleccionado y asignado a una comunidad;

2.       Rol del ACS: El alineamiento, diseño y claridad en cuánto a su rol, desde la perspectiva  de la comunidad, del ACS  y del Sistema de salud;

3.       Entrenamiento inicial: El entrenamiento inicial es provisto a l ACS para prepararlo para el rol en la entrega de servicios materno e infantiles, y para asegurar que éste tiene las habilidades necesarias para proveer una atención segura y de calidad;

4.       Entrenamiento en servicio: El entrenamiento en servicio es provisto para actulizar a los ACS en nuevas habilidades, reforzar el entrenamiento inicial, y para asegurar que está practicando las habilidades aprendidas;

5.       Equipamiento e Insumos: El equipamiento requerido y los insumos están disponibles cuando se necesitan, para entregar los servicios esperados;

6.       Supervisión: La supervisión es conducida sobre una base periódica, para llevar a cabo tareas administrativas y proveer soporte la desempeño (retroalimentación, coaching, resolución de problemas basados en evidencia );

7.       Evaluación del desempeño: Evaluación justa del trabajo en un período de tiempo determinado;

8.       Incentivos: Un paquete de incentivos bañanceado que incluya incentivos financieros, como salario y bonos de estímulo, así como incentivos no-financieros, como entrenamiento, reconocimiento, certificación, uniformes, medicamentos, etc., que sean apropiados a las expectativas que crea el trabajo;

9.       Participación comunitaria: El rol que la comunidad juega en apoyar a los ACS;

1-   Sistema de referencia: Un proceso para determinar cuando es necesaria la referencia, un plan de logística organizado para el transporte, y financiamiento cuando sea necesario, el proceso para hacer seguimiento a las transferencias y los documentos necesarios;

1-   Desarrollo profesional: La posibilidad de crecimeitno profesional, promoción y jubilación para un ACS; y,

1-    Administración de la documentación y de la información: Cómo un ACS documenta sus visitas, como fluye la información al sistema formal de salud, y cómo regresa a la comunidad, y cómo ésta información es utilizada para el mejoramiento de los servicios.

Más aún,  se utilizaron además del PFA-USAID, un conjunto de elementos clínicos y programáticos ampliamente aceptados para la evaluación de los ACS.

Los estudios fueron categorizados basados en intervenciones relevantes a la salud y la nutrición referidos a los ODM, y entonces analizados por el tipo de cobertura y de trabajadores empleados, y por el diseño del estudio, para explorar el impacto y efectividad de la experiencia global.

Esto nos ayudó en la delineación de la tipología, y las necesidades de entrenamiento y supervisión, en las tareas por desarrollar y su factibilidad, y en la posibilidad de emplear a los ACS como estrategia para el logro de los ACS.


También hemos presentado algunos programas de ACS nacionales o conducidos por ONGD, en la forma de “fotografías”, y también hemos conducido estudios de caso en coho países representativos de América latina, Africa y Asia, que tienen gran carga de enfermedad, para entender la tipología, experiencias, necesidades de entrenamiento, desarrollo del programa y valoración actualizada de los ACS.